Descripción de Dios
Las oraciones de los niños nos muestran lo que piensan de Dios. Aquí aparecen dos ejemplos que leí recientemente en un artículo:
Una fragancia
Katie entró nerviosa a la fiesta del grupo juvenil de la iglesia a la que Linda la había invitado. No había ido a una iglesia desde que era niña y no sabía qué esperar en una cena para celebrar el día de los enamorados con personas en su mayoría desconocidas. Pero su corazón empezó a tranquilizarse cuando encontró varias notas afectuosas sobre su plato, escritas para ella por todos los presentes. También tenían tarjetas para intercambiar, pero a Katie la conmovió que pensaran en hacer eso por ella, que solo estaba de visita.
Jesús está cerca
Samuel, de cuatro años, había terminado de comer y preguntó si podía irse. Quería salir a jugar. Pero era demasiado pequeño para estar afuera solo, así que, la madre dijo: «No, no puedes salir solo. Debes esperar que yo termine para acompañarte». Su respuesta inmediata fue: «Pero, mami, ¡Jesús está conmigo!».
Muchos problemas
Un muchachito llamado Roberto empezó a pelearse con Daniel en el patio de la escuela después de un partido de fútbol. El maestro los separó, y ambos terminaron en la oficina del director. Más tarde, Daniel dijo: «Y por supuesto, como siempre, los dos nos metimos en problemas». Pero también contó que había aprendido una lección: «Dios siempre está con nosotros aunque nos metamos en muchos otros problemas como este».
Tu corazón
Me encantó la oración de Malcolm el otro día en la iglesia. Con solo siete años de edad, se puso de pie delante de otros 100 niños y oró, diciendo: «Jesús, gracias porque algunos de nosotros podemos jugar al fútbol e ir a la iglesia, por habernos cuidado para llegar aquí, por el perdón de nuestros pecados y por la vida eterna. Te amamos, Jesús. ¡Por favor, nunca olvides cuánto te amamos!».
Prohibido tocar
Cuando tenía doce años, sentí curiosidad por ver la Biblia que le habían regalado a mi papá cuando se jubiló de la papelera. Venía en una caja especial de cedro con las palabras SANTA BIBLIA, y yo supuse que «santa» significaba prohibido tocar. Aun así, di una mirada para ver qué había adentro. En el centro, tenía una ilustración de Jesús colgado en una cruz, junto con las palabras de Juan 3:16. También tenía una lámina transparente color rojo que cubría la hoja, lo cual supuse que significaba que el Señor Jesús derramó su sangre y murió.
¡Signo de exclamación celestial!
En agosto de 2011, la NASA presentó una compleja imagen tomada por el telescopio Hubble que hizo sonreír a la gente. Muestra dos galaxias que empiezan a colisionar entre sí, y se observa algo parecido a un signo de exclamación de cierre celeste (!). La última estadística que leí dice que hay unas 100.000 millones de galaxias visibles en el universo. Cada una de ellas tiene cientos de miles de millones de estrellas, y siguen descubriéndose más.
Rodeado de oración
Sydnie, la hija de nueve años de mi amiga Melissa, estaba internada en el hospital para que le aplicaran quimioterapia y le hicieran un trasplante de médula ósea, cuando soñé con ella. En mi sueño, la niña estaba con sus padres en una habitación central del hospital. Alrededor del cuarto, había una serie de salones donde los familiares y los amigos estaban orando constantemente por ella durante los períodos de tratamiento.
Recolección de ofrendas
Ed Dobson, pastor de la congregación a la que yo asistía, solía decir que no le gustaba predicar sobre las ofrendas para la iglesia. Como su trabajo anterior exigía que se recolectaran fondos, le desagradaba imponerle a la gente presiones innecesarias. Sin embargo, cuando estaba enseñando 2 Corintios y llegó a los capítulos 8 y 9, no pudo evitar el tema. Lo que más recuerdo de ese mensaje fue la ilustración que utilizó. Puso en el suelo el plato donde se recolectaban las ofrendas, colocó los pies encima y permaneció allí mientras hablaba sobre la importancia de dar todo nuestro ser al Señor, no solo las billeteras.
Búsqueda hecha papilla
A Jaime le diagnosticaron problemas cardíacos, y su esposa Rebeca ya no podía cuidarlo bien a él ni tampoco a sí misma. Entonces, empezaron a buscar un hogar donde vivir y que los atendieran. Una de las primeras preguntas de Rebeca al visitar cada hogar era: «¿Hacen la comida en papilla?». Su preocupación era que Jaime tuviera la clase de alimentos adecuados para su problema de deglución. En varios lugares, le contestaron que no; así que, siguió buscando. Por fin, oyó un «sí» en un hogar de cuidado diario cristiano.